
En ocasiones surgen dificultades y problemas por los que sufrimos, y que por nosotros mismos no logramos superar.
Es en ese momento cuando un profesional de la psicología nos puede ayudar, generando, mediante un trabajo conjunto y con las técnicas psicológicas más adecuadas, las herramientas para afrontar esas dificultades, y lograr un mayor bienestar emocional.
Con sesiones intensas, desde una orientación Cognitivo- Conductual y un enfoque multidisciplinar, se interviene con una terapia práctica y directiva, en la que se incluyen ejercicios y tareas de hacer en casa para ayudar a la persona a solucionar su problema emocional de una manera breve y eficaz.
Es también una terapia profunda porque no se limita a aliviar los síntomas del malestar de la persona sino que va hasta el fondo del problema provocando cambios filosóficos profundos y permanentes que tienen como consecuencia una mejora de la calidad de vida.
En adultos, problemáticas tales como la ansiedad, el estrés, la depresión, miedos y fobias, episodios de ira, desórdenes obsesivos, crisis de pánico, pérdida de seres queridos, problemas de pareja, dependencia emocional, dificultades en las relaciones sociales o problemas de comunicación, etc.
En infancia y adolescentes, problemáticas tales como la fobia social, inadaptabilidad en los entornos escolares, rendimiento escolar bajo, falta de motivación y autoestima, adaptación a entornos nuevos, problemas familiares, miedos, ira, impulsividad, etc.
Con personas mayores, se hacen sesiones de estimulación cognitiva para prevenir demencias o, en casos incipientes, para ralentizar el deterioro. Son programas que se llevan a cabo también en grupo.
Y con familiares y cuidadores no formales, se da asesoramiento sobre cómo sobrellevar la enfermedad, en qué consisten las demencias, qué procesos sigue, y se dan herramientas para afrontar las alteraciones conductuales que se puedan presentar. También se trabaja el impacto emocional que una enfermedad como la demencia causa en los miembros de la familia y, especialmente, en las personas cuidadoras.
Aunque la mayoría de la terapia se hace de forma individual, se sabe que en algunos casos, el abordaje grupal genera unos beneficios importantes para el paciente. Desde nuestro centro, se crean grupos como parte complementaria a la terapia individual cuando se estima que la persona puede beneficiarse de un tratamiento combinado de este tipo.
En algunos casos la ventaja es trabajar en un contexto protegido por personas que tienen la misma problemática (por ejemplo, los grupos de habilidades sociales)
Los grupos terapéuticos no tienen una temática cerrada sino que responden a las necesidades de los pacientes que asisten a nuestro centro.
«Si te duele el estómago, vas al médico.
Si te duele una muela, vas al dentista.
Si te duele la espalda, vas al fisioterapeuta.
Si sufres emocionalmente, vete al psicólog@.»